Este artículo es parte de la serie "Ministerio Musical: Propósito y Herramientas"
Uno de los períodos más apasionantes en la narración bíblica es la de monarquía en Israel. Me interesa mucho porque fue durante esta época cuando se escribió gran cantidad de los Salmos que hoy día nos reconfortan en nuestros devocionales, y hasta cantamos en las iglesias —con nuestras propias melodías, claro está.
De allí se desprenden conceptos como el del Tabernáculo de David, muy en boga en los equipos de alabanza. Pero ¿de qué se trataba realmente? ¿era la iglesia de la época? En realidad no, pero tenía mucho que ver con lo que hoy día hacemos en la iglesia, o mejor dicho como iglesia.
Para ser específicos en la tarea que asume el ministerio musical, tomamos como referencia el Tabernáculo de David. Al respecto la Escritura nos dice:
“Para el ministerio de la música, David y los comandantes del ejercito apartaron a los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún, los cuales profetizaban acompañándose de arpas, liras y címbalos. Ésta es la lista de los que fueron apartados para el servicio:
De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela. A éstos los dirigía Asaf, quien profetizaba bajo las órdenes del rey.
De Jedutún, sus seis hijos: Guedalías, Zeri, Isaías, Simí, Jasabías y Matatías. A éstos los dirigía su Padre Jedutún, quien al son del arpa profetizaba para dar gracias y alabar al SEÑOR.
De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Jananías, Jananí, Eliatá, Guidalti, Romanti, Ezer, Josbecasa, Malotí, Hotir y Mahaziot. Todos éstos fueron hijos de Hemán, vidente del rey, y con la palabra de Dios exaltaban su poder. Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas
Su padre los dirigía en el culto del templo del SEÑOR, cuando cantaban acompañados de címbalos, liras y arpas. Asaf, Jedutún y Hemán estaban bajo las órdenes del rey. Ellos eran en total doscientos ochenta y ocho, incluyendo a sus demás compañeros, y habían sido instruidos para cantarle al SEÑOR” —1 Crónicas 25:1-7 NVI
De este texto sacamos principios valiosísimos que enmarcan el propósito y dan guía para el funcionamiento de un equipo de alabanza:
- Profetizar bajo las órdenes del rey. “Profetizar” tiene que ver con compartir el fuego que Dios ha puesto en uno. No necesariamente tiene que ver con predecir acontecimientos futuros, aunque no se descarta que Dios quiera comunicar alguna instrucción específica a su iglesia. “Bajo las ordenes del rey” implica que los miembros del Equipo están sujetos a la autoridad puesta por el Señor (el pastor y los lideres de la iglesia), a quien se le debe lealtad y amor en Cristo.
- Profetizar para dar gracias y alabar al SEÑOR. El ministerio musical es una voz que se eleva al cielo, invitando al resto de la asamblea de redimidos a agradecer la bondad de Dios y contar sus maravillas.
- Exaltar el poder de Dios con Su Palabra. Toda declaración del Equipo debe estar fundamentada en la Palabra de Dios, con la finalidad de dar a conocer Su Poder y Excelencia.
“El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales” —Efesios 3:10-11 NVI
- El ministerio musical funciona como punta de lanza para la Iglesia, que declara con cánticos la grandeza de Dios.
- Ser instruido para cantarle al SEÑOR. El Dios Excelente merece que le sirvan con excelencia. Cantarle a Dios es todo un arte y guiar a otros a hacerlo amerita esfuerzo, dedicación, devoción a Dios y a su pueblo. Mientras mejor nos preparemos, más herramientas le damos al Espíritu Santo para comunicar su mensaje a los creyentes, y a los que han nacer de nuevo.
El salmo 33:3 en la NVI dice: “Cántenle una canción nueva; toquen con destreza...”
#ElTabernáculodeDavid "no es un estilo musical, sino un modelo para que el resto de los hombres busque al SEÑOR"@marcosbrunet #Insaciables
Posted by Zabdiel David on Friday, September 19, 2014
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